Fast food
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, de 32 millones de adultos con sobrepeso en México, cinco millones están en riesgo de convertirse en pacientes diabéticos en los próximos 5 años, 62% de los mexicanos mayores de 20 años tienen sobrepeso, entre ellos, 29% son mujeres y 19% hombres; cada hora son diagnosticados 38 nuevos casos de diabetes, y así podemos continuar con cifras aterradoras y preocupantes para determinar la salud futura de los mexicanos.
La publicidad referente a la llamada "fast food" o comida rápida es muy llamativa por los colores que presenta, por el ambiente que crea y por las experiencias de vida que manifiesta en sus piezas creativas y que se corroboran en sus distintas sucurales, por ello, los niños reconocen muy bien la "M" gigante y amarilla de Mc Donald's, el payaso y los juegos que hay en cada sucursal; pero como padres de familia podemos hacer que no se vuelva un lugar de diversión indispensable, de convivencia, de felicidad, de premiación o de buen comportamiento porque resultaría contraproducente.
Los refrescos
Las aguas de fruta hasta hace unos años eran pieza fundamental de la alimentación mexicana, y gracias a esta costumbre se crean los refrescos embotellados, los jarabes y ahora los polvos para preparar aguas de sabor, sin embargo, en ambos casos se ha perdido el beneficio de la fruta: las vitaminas y la fibra.
Es importante mencionar que por cada vaso con agua de fruta consumimos fruta, agua y azucar (una cucharadita de azúcar), mientras que por un refresco son 5 cucharaditas de azúcar por vaso.
La rápides, la practicidad o la simple flojera nos han convertido en el primer consumidor de refrescos en el mundo, y qué decir de las consecuencias de estas cifras: la diabetes, la hipertensión y el sobrepeso, enfermedades que son difícil de controlar y que se requiere de un cambio de alimentación para seguir adelante y de un gasto muy fuerte a nivel nacional para atacarlas.
Por ello, todas las cifras mencionadas anteriormente deben ser reflexionadas y analizadas para determinar sus orígenes, causas, consecuencias y posibles soluciones; pero que básicamente todas llegan a una misma raíz: La Familia, es indispensable subrayar que la forma de comer también se aprende, y si desde pequeños nos acostumbraron a comer en este tipo de lugares para sentirnos queridos y premiados, tomar refresco en lugar de agua fresca, es lógico que se continúe haciéndolo a largo plazo, lo lamentable de esta situación son las consecuencias, la cantidad de grasa y azúcares que se consume en este tipo de lugares subraya el riesgo que se corre a ser diagnoaticados como diabéticos; sólo basta voltear a ver a los niños para retratar esa tendencia y ahora nuestra realidad.
Por ello, a nosotros nos toca asumir parte de la responsabilidad, como lo deben hacer las distintas instancias, como la Secretaria de Salud y de Gobernación, empezando por retratar a los productos tal y como son, colocar en las etiquetas las tablas nutricionales, mencionando todas las sustancias que contienen los productos, los efectos secundarios; pero en especial formar a consumidores responsables, éticos y exigentes, comenzando por leer las etiquetas de los productos y saber qué contienen.